lunes, 13 de febrero de 2012

Seamos maestros de vida





Vianka Guadalupe García Román

Un maestro afecta a la eternidad; nunca sabe dónde termina su influencia.
Henry Adams.



¿Qué es un alumno sin maestro y que es un maestro sin alumno?, ¿Cuánto puede aportar uno del otro? Un maestro, y no me refiero a un maestro pasivo, instalado cómodamente en cualquier tipo de aula, sino a un maestro como persona comunitaria, con vocación de servicio, con espíritu de aprendizaje y con rasgos de soñador invencible, puede volverse el guía de la vida de otro ser humano.

Características de un maestro de vida:

1.- Un maestro de vida, guía pero no empuja.
2.- Un maestro de vida, muestra pero no decide por él.
3.- Un maestro de vida, marca límites pero no juzga.

En ocasiones, necesitamos que alguien nos guíe en nuestro caminar para elegir por nosotros mismos claro, pero “elegir”, quizás en base a una energía motivadora, ejemplo de aquella persona que ha sido coherente con su vida, que se ha entregado a la misma, que se siente plena con sus logros, que más que una persona moral, ha sido una persona revolucionaria y sobre todo ha sido un ejemplo de sencillez y humildad, pese a su imponente conocimiento. Un verdadero maestro de vida, conoce a sus alumnos, pero sobre todo, se ocupa de que no se vayan sin antes haber encontrado el sentido de sus vidas.

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