martes, 4 de octubre de 2011

Algo que valorar…





Vianka Guadalupe García Román

“Una familia feliz es una larga conversación que siempre parece demasiado corta”. Andrè Maurois.

Apenas mes y medio o acaso 2, no lo se, pasa rápido el tiempo, lo disfruto sí, es cierto, pero al mismo tiempo, los melancólicos recuerdos de mi hogar, mis padres por supuesto y mi casa de toda la vida me provocan cierta tristeza, a veces (no miento) se siente un poco de miedo estar tan lejos de los que quiero y perderme sus días, sus ocurrencias.

Por un lado papá y sus bienhechoras palabras, su tan positivo carácter, sus consuelos, su tiempo, por otro a mamà y su esfuerzo, regaños, insistencias, su manera de querer. Y que decir de las típicas charlas informativas de mis hermanas sobre sus salidas, sus galanes, sus: “que crees que me pasó”.

Desde luego, también se extrañan a los amigos sinceros, leales, verdaderos, que también me resintieron, pero: “tranquilos todavía no muero”, Dios me esta dando la dicha de darle una muy buena lata a mi nueva ciudad, a mi nuevo hogar (los que me conocen saben de ese carácter apasionado que me cargo).

Pero bueno, la cuestión es que el ser que te ama o pluralmente hablando, los seres que te aman, siempre te procurarán, velarán por ti, estés donde estés, y aunque suene cursi te dejarán en libertad, ahora comprendo ese famoso amor que por excelencia se suele atribuir mayormente a los novios, pero que también lo experimentan los padres por sus hijos. Ahora más que nunca estoy siendo partícipe de lo que es el amor y me siento muy amada y agradecida.

Sí, así es, porque el hecho de que tus padres te sepan como estas sin tenerte cerca me hace sentir que están más cerca de lo que me imagino, de lo que a veces por distracciones mías se me olvida apreciar. No se ustedes, pero yo amo a mi familia con toda mi alma y me siento muy orgullosa de saber lo bien que me conocen, lo mucho que me aman. Hoy mi padre me recordó en el vuelo de una mariposa que improvisadamente rondó alrededor de él, y que tal mi madre con sus tan acertadas aseveraciones sobre el famoso príncipe azul (que por cierto ya tardó en aparecer) que a veces insiste en que necesito, otras que para nada me hace falta.

En fin, concluyo recordándoles que siempre se sepan amados por la familia que tienen, porque muy a su manera, pobre o ricamente hablando, siempre habrá uno o más miembros dentro de ella que estarán dichosos de que seas parte fundamental en su vida, de que estés vivo, de que vivas con ellos, o de que seas feliz incluso del otro lado del mundo, pero que seas “FELIZ”.

“El futuro de la humanidad se fragua en la familia”. Juan Pablo II.

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