domingo, 9 de octubre de 2011

Sobre las competencias en la educación, la espada o el nudo



Eduardo Chávez Romero

La puesta pedagógica-administrativa para innovar las prácticas educativas en México y en gran parte del mundo occidental se ha llamado Educación Basada en Competencias. Por ejemplo, en México durante el 2004 se realizó la Reforma en Educación en preescolar, en secundaria fue en el año 2006 y las Reformas Educativas en primaria y bachillerato fueron en 2008.

El enfoque por competencias tiene una serie de planteamientos y los podríamos identificar a partir de tres rasgos fundamentales, el primero de ellos es que el Enfoque por Competencias funge como reacción en contra de los aprendizajes academicistas frecuentes en las prácticas educativas tradicionales que no tienen valor de aportar capacidad alguna al sujeto porque, una vez memorizados y evaluados se erosionan en la memoria o se fijan como una mera erudición, es decir, la estructura del currículum en base a las competencias es darle funcionalidad a los aprendizajes.

El segundo rasgo fundamental en el enfoque Basado en Competencias está en buscar la estructuración y conformación de acurdo con el referente de las competencias a desempeñar en el puesto de trabajo, en este caso es la única fórmula para conseguir la finalidad de la formación; en este sentido, el uso del saber hacer es lo prioritario, relegando la acción de las competencias a acciones mecánicas de utilidad para el trabajo. Y el tercer rasgo que podríamos identificar en esta propuesta pedagógica-administrativa estaría en función de las metas de la educación en relación a la funcionalidad y aplicación de los aprendizajes, refiriéndose a que todo lo aprendido pueda ser empleado como recurso o capacitación adquirirá en el desempeño de cualquier acción humana, no solo en las de carácter manual sino en las conductuales.

Pedir competencias bajo estas metas es reclamar efectividad y eficiencia de lo que se pretende en la educación. Acomodar el discurso y tratar de diseñar y desarrollar el currículum con la referencia de las competencias desde esta perspectiva, no va más allá de poner énfasis de lo que se dice querer conseguir. El logro, la finalización y obtención de resultados tangibles dentro de las metas de la educación.
Me atrevería en considerar que al enfoque basado en competencias se le ha ido anexando tímidamente una visión más progresista que apunta sobre la reflexión epistemológica de saberes y asimismo la formación en ciudadanía. Se le deberá seguir el rastro a esta tendencia porque no sólo se debe educar para el trabajo (rasgos anteriores mencionados), sino para las complejidades de la vida misma y de la vida en democracia.

Las competencias pueden ser un respiro de los viejos/nuevos tradicionalismos educativos si como educadores intentamos resetearnos, es decir, desaprendemos y cortamos viejos vicios antipedagógicos y empezamos a enseñar aprendiendo, las competencias pueden ocupar el espacio complejo que ha separa a la escuela del individuo, del trabajo y de su comunidad democrática. Pero asimismo, el planteamiento bajo competencias puede ser el mismo nudo gordiano tecnologizado si ante los cambios nosotros los educadores nos pasmamos bajo la desesperanza de no innovar, de no cambiar. Colosal encargo el de la educación y de sus educadores, fungir como espada o como nudo, resetearse o pasmarse, ahí radica la cuestión pedagógica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente como Anonimo para dejarnos su opinion Gracias